domingo, 28 de agosto de 2011

POLITICA



Cántame una nana,
como entonces, cuando mi cordón umbilical estaba cubierto de sangre y la cuarta dimensión comenzaba a arrancarme las horas.
Cántame una nana,
como entonces, cuando gestaba el tacto de la violencia con el primer azote, ignorante aún al olor del dinero, al sabor del poder, al sonido de la mentira, a la imagen del mundo real.
Cántame una nana,
como entonces, cuando era una lengua muda, una mente vacía, unas piernas muertas, un trozo de carne con los ojos cosidos.

Cántame una nana, sedúceme con tu voz tramposa y duérmeme.

4 comentarios:

  1. Cuando escuches esa nana, recuerda que no es la voz de una Madre... Y duérmete si quieres, pero no te sientas amparada.

    Ha sido una forma muy bonita de manifestarte.

    Un Beso sin Trampa ni Cartón, Stefy.

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  2. Cuantas nanas nos quedan aún por escuchar... ¿Dejaremos de hacerlo?
    Una metáfora genial.

    Un beso

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  3. J.Lorente: cuanta razón tienes!! es la voz de la madrasta mala con manzana envenenada incluida, jejejeje. Muchas gracias por el comentario,es genial. un besazo enorme y sincero!!!

    silvia: casi tantas como estrellas en el universo ;)es lo que tiene la necesidad de creer que realmente le importamos a alguien, que el poder y el dinero estan por debajo de las personas, aunque dia tras dia, los politicos nos muestren cuan equivocados estamos con esas ideas....gracias. mil besos!

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  4. Como siempre... me encantan tus relatos Stefy! Nunca dejes de narrar con tu don lo que los demás sentimos pero no somos capaces de expresar con palabras...

    Gracias!

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