martes, 23 de marzo de 2010

Su sonrisa

"La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo,
un nacer, morir y renacer."
Hermann Keyserling




La Monna Lisa de Leonardo da Vinci (detail)

Esta mañana me he despertado con una realidad incuestionable en mi cabeza, ella murió feliz, plena.
La realización personal es una montaña. Pretendes alcanzar la cima aunque normalmente no llegas ni a la ladera porque es una montaña sin caminos, escarpada. Rápido descubres que no tienes equipo para hacer de la escalada algo sencillo, no hay cuerda, arnés o pies de gato, no hay bolsa de magnesio, manta térmica, altímetro o brújula. Apenas llevas una mochila con una cantimplora, unos guantes y con suerte un protector labial o una linterna. A veces, simplemente te conformas, llegas a un punto y en él te rindes, te convences de que no hay nada ahí arriba para ti, que estas donde quieres estar, pero lo cierto es que ni siquiera has dado los pasos necesarios para saber donde quieres estar.

Yo había caminado poco. A veces intentaba avanzar más, tanteando el terreno, advirtiendo que las caídas son dolorosas y peligrosas. Apenas unos pasos inseguros, no más. Y entonces la conocí. La conocí y me enamoré. No de golpe. Poco a poco, porque siempre he sido cobarde, y porque ella era una persona que necesitaba de más de unos meses para ser descubierta. Ella estaba enferma, tenía una enfermedad extraña, de esas que no hay nada que hacer, que viene, se va y en su ida arrasa con lo que encuentra. Al tratar con ella, sin embargo, daba la sensación de que era el resto del mundo el que compartía almuerzo con la muerte, porque ella rebosaba energía, exprimía la vida con pasión, con gozo y siempre encontraba algo con lo que sorprender, con lo que llenar de alegría el espíritu de sus amigos, con lo que inyectar en vena, amor por la existencia, ¡era un autentico terremoto!


Aún mi cuerpo mantiene la calidez de sus labios sobre los míos y mi memoria conserva intactos los recuerdos de aquel último día. Murió en mis brazos, tras besarnos. Era un día como cualquier otro. Antes de perder el pulso, la respiración y la conciencia me enseñó una sonrisa tan enigmática para mí como la sonrisa de la Gioconda lo ha sido para el resto de los mortales.
Luego su alma se extinguió y se fue para siempre.
Después de aquello mis pies se detuvieron. No había más montaña que subir. La tierra perdió su valor. Me habría gustado inventar la posibilidad de regresar unos pasos atrás y allí, parar el tiempo. No tenía sus risas, sus enfados, sus lágrimas, únicamente su silencio y aquella sonrisa a la que no conseguía hallar explicación.

Pasividad, apatía, frialdad, desapego, desidia, inercia, desdén. Dos años de psicólogos. Seis meses tomando antidepresivos y otros tres superando la adicción que me causo la ingesta. ¿Para que? Para tener su imagen y sus ideas más presentes que nunca.
Creía que a partir de ahí, mi camino consistiría en dar vueltas alrededor de un minúsculo espacio de tierra observando los remolinos de arena creados con mis pies descalzos y ateridos por la tristeza. Sin embargo, me equivocaba. Ayer ocurrió algo que provocó un cambio de actitud completo.
Fui a un local a tomar unas cervezas. Era un lugar luminoso con un toque antiguo que me hacía sentir en consonancia con el estado de mi alma "cualquier tiempo pasado fue mejor ". Estaba en la barra. No muy lejos de mí había una chica joven bebiendo un daiquiri. Parecía triste y un poco alocada aunque no podría decir en que lo noté. Nuestros corazones, conectaron en un trazo imaginario dibujado en el aire medio viciado de la estancia, y sin darnos cuenta comenzamos a hablar. Rectifico, ella comenzó a hablar, a contarme su historia. Sin preguntar, simplemente quería sacar la basura, y yo le servía de cubo. Empezó a decir que ojalá se hubiese ido cuando debía, que no realizar cierta acción la había llevado a asesinar el romanticismo. Se explicaba de un modo críptico, al menos al principio.
"Me enamoré locamente de un chico, yo no soy de enamorarme, sólo de encapricharme, pero en aquella ocasión sabía que era amor de verdad, porque no podía controlarlo" Según ella cada mirada, sonrisa y palabra del chico en cuestión despertaba en su interior la idea de sagrado, cada momento en común era un viaje al paraíso, así como cada momento separados era un descenso al infierno. El no era de España, pertenecía a una tierra desconocida para ella, y por esta razón lo que vivía junto a él poseía el incentivo de lo exótico, de lo ajeno y de lo maravilloso que es, que cosas que a priori parecen tan distantes resulten tan cercanas en un conocimiento posterior. La chica apuró su copa haciendo un gesto al camarero para que le trajese otra, me miró muy seria y me dijo:
"Llevaba tres meses con él, no es mucho tiempo, sé que no lo es, si te soy sincera es posible que ignorase quien era realmente, que lo idealizase a mi manera. No puedo hablarte de realidades, pero sí de la relatividad de mi pensamiento, y respecto a eso, puedo afirmar que perdí mi ocasión. Todo el mundo lucha para alcanzar una única cosa: la felicidad. Yo la tuve y en vez de dejarme mecer por ella me volví avariciosa intentando almacenar más. Pero no se puede… ¿eh?… ¿Cómo me has dicho que te llamas?,sí, eso. Ya se me había olvidado, ¿o no me lo habías dicho? Es igual, el caso es que no se puede, hay una cantidad de felicidad, yo agoté la mía. No es posible ser feliz durante toda una vida, sólo pequeños instantes. Y de todos ellos hay uno que destaca sobre el resto. Después de ese, jamás alcanzarás una felicidad mayor. Después de ese, no tengo claro que valga la pena seguir viviendo…porque tienes que conformarte con menos. Yo fui estúpida y pensé que ese instante era el comienzo de otros mayores aunque mi boca, sin permiso gritase claramente. En su cama, mientras me miraba, alcé mis manos para recoger su cara y tres palabras salieron de mí: ¡me quiero morir! El me abrazó. Es verdad. hummm..., se me ha vuelto a olvidar tu nombre, es que tienes cara de Marcos no de…"-Dudó-"... perdona"- Rió sola -"¿Entiendes lo que quiero decir? Deseaba morir porque jamás habría una situación en mi vida que superase esa. Pero como te he mencionado, aunque pronunciase esas palabras, soy una vanidosa y estaba completamente segura de que me iba a querer morir muchas otras veces…No ha sido así. Todo se estropea, todo termina, ahora tengo que continuar sabiendo qué es la felicidad plena y teniendo la certeza de que posiblemente nunca llegaré a experimentarla de nuevo."
Y en ese momento, evocando aquella emoción perdida, me brindó la sonrisa indescifrable, la que en mi amor no supe leer. Se me cayó parte de la cerveza."Ten cuidado"- Me recriminó– "¿Te sorprendes? Piensas que soy "rarita", ¿verdad?.Oye… ¿Y tu historia? ¿Cuál es?"- Hubo un silencio creado por la recuperación, por mi vuelta a la realidad. Al cabo la contesté: "Mi historia es la del chico que te habría llorado si te hubieses muerto aquel día." Nos quedamos callados. Nuestra conexión había finalizado.
Terminé la cerveza y me fui a casa. De regreso no dejaba de pensar si mi amor decidió partir porque había alcanzado la felicidad completa, la cúspide de la montaña. ¿Su corazón eligió ese momento? "¡Qué locura!. Fiarme de las tonterías que una desconocida murmura con tres daiquiris de más." Absurdo, inconcebible… Pero ¿que otro sentido podía tener su sonrisa?

Por la noche tuve pesadillas, posiblemente mi cerebro se estuvo reorganizando en base a la información recibida. Murieron ideas clásicas y a cambio nacieron otras refrescantes y alentadoras. Esta mañana he parado de observar como la arena se retorcía constantemente sobre sí misma y he levantado la mirada. Aún queda mucha montaña por marcar, pisar y disfrutar. Esta mañana los músculos de mi cara estaban flexionados, causándome un pequeño dolor por la falta de ejercicio que han recibido en los últimos dos años, al mirarme en el espejo, estaba sonriendo.
Yo también tengo una cúspide a la que llegar.
Dedicado a J, "mi nuevo mejor amigo" ;), una gran persona.

3 comentarios:

  1. Impresionante... la vida es una sonrisa que recuerdas eternamente

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  2. Una maravilla, lo siento; lo entiendo y pienso en que quizás hay además pérdidas sin que el otro se muera.Me ha impresionado, te he sentido cercana., un abrazo desde lo más cercano de la red que posibilidad encuentros increíbles.

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  3. Muy bueno de verdad!Me hace sentir dentro de la escena.Quien no ha tenido amores imposibles y que se recuerdan toda la vida,sniff sniff:)

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